Posterior a la famosa fotografía satelital de la Tierra, La canica azul, de 1972, hemos adoptado un entendimiento del planeta donde la Tierra ha sido tratada como una imagen, como explicó W.T.J. Mitchell. (1) Esto sucede en tal medida, que entrar en cualquier espacio físico es como entrar en una imagen virtual en donde somos personajes en un escenario preconcebido. El sociólogo Rolando Vázquez también escribió sobre el impacto que esta fotografía, tomada por la tripulación del Apolo 17, ha tenido en nuestra experiencia del planeta:

Esta fotografía logra completar el sueño renacentista de los geógrafos de reducir el planeta Tierra a un objeto de representación; es un momento en el que la mirada antropocéntrica alcanza, por así decirlo, su consumación histórica, el absurdo de su totalidad. [...] “La canica azul” llega a significar la transfiguración de la Tierra en un objeto de apropiación, representación, consumo, y deshecho. Significa el olvido de la Tierra como precedencia fundamental. (2)

Siguiendo la aserción de Vázquez sobre la pérdida del enraizamiento y la situacionalidad, La rebelión del coyote es una invitación a regresar a la Tierra. Aludiendo no sólo a las perspectivas renovadas del planeta, sino a una consciencia planetaria más amplia, nuestro retorno implica entrar en relacionalidades enredadas de mutualidad y coadaptación, tanto con las multiplicidades del suelo como organismo independiente como con las comunidades, organizaciones de base y cuerpos que sostienen estas relaciones a través de actos cotidianos de cuidado.

Tomando como punto de partida la crítica a la autoproclamada universalidad de la tecnología occidental, este programa buscará otros paradigmas del conocimiento y quehacer técnico. En respuesta a las declaraciones tecnocientíficas occidentales, nuestra exploración partirá de aproximaciones locales de tecnologías indígenas y sus expresiones sociotécnicas, cargadas de capacidad para “cultivar vida”. (3) Esta conciencia planetaria delinea narrativas y experiencias que se resisten al extractivismo y la extinción, al proponer relaciones renovadas o reparadas para las comunidades y para nuestros cuerpos. En resumen, dichas aproximaciones habilitan el fin de la lógica de un solo mundo, encapsulada en la imagen de la canica azul, mientras nos reorientan hacia marcos de referencia para mundeizar el mundo. (4)

Este entrelazamiento interespecie será establecido en colaboración con organizaciones de base en los alrededores de la Ciudad de México. Como una práctica colaborativa enraizada en la localidad, el programa estará situado en los alrededores del volcán Teuhtli, el límite geográfico entre las alcaldías de Milpa Alta y Xochimilco. Partirá del compromiso de escuchar a integrantes de comunidades y organizaciones sociales que luchan por la justicia social, la igualdad ambiental y la soberanía de la tierra. Asumiéndonos como coyotes cyborg, entraremos en relacionalidades enredadas con el territorio, sus suelos y su comunidad, para aprender de visualidades y sensibilidades ancestrales y extramundanas.